SEMANA DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS DÍA 8
enero 13, 2021
Permaneced en mi amor y
daréis fruto en abundancia (cf. Jn 15, 5-9)
Reconciliarse
con toda la creación
«Para
que participéis en mi alegría y vuestra alegría sea completa»
(Juan
15, 11)
Colosenses 1, 15-20. En él todas las cosas se mantienen unidas
Cristo es la
imagen del Dios invisible, el primogénito de todo lo creado. Dios
ha creado en él todas las cosas:
todo lo que existe en el cielo y en la tierra,
lo visible y lo invisible, sean
tronos, dominaciones, principados o potestades,
todo lo ha creado Dios por Cristo
y para Cristo. Cristo existía antes que hubiera cosa alguna, y todo tiene en él
su consistencia. Él es también la cabeza del cuerpo que es la Iglesia; en él
comienza todo; él es el primogénito de los que han de resucitar, teniendo así
la primacía de todas las cosas. Dios, en efecto, tuvo a bien hacer habitar en
Cristo la plenitud y por medio de él reconciliar consigo todos los seres: los
que están en la tierra y los que están en el cielo, realizando así la paz
mediante la muerte de Cristo en la cruz.
Marcos 4, 30-32. Tan pequeño como una semilla de mostaza
También dijo:
«¿A qué compararemos el reino de Dios? ¿Con qué parábola lo representaremos? Es
como el grano de mostaza, que, cuando se siembra, es la más pequeña de todas
las semillas de la tierra; pero una vez sembrado, crece más que todas las otras
plantas y echa ramas tan grandes que a su sombra anidan los pájaros».
Meditación
El himno a
Cristo de la Epístola a los Colosenses nos invita a cantar la alabanza de la
salvación de Dios, que abarca todo el universo. A través de Cristo crucificado
y resucitado, se ha abierto un camino de reconciliación; la creación también
está destinada a un futuro de vida y de paz.
Con los ojos de
la fe, vemos que el reino de Dios es una realidad muy cercana
pero también muy pequeña, apenas
visible, como una semilla de mostaza. Sin
embargo, está creciendo. Incluso
en la angustia de nuestro mundo, el Espíritu
del Resucitado está trabajando.
Nos alienta a involucrarnos, con todas las
personas de buena voluntad, en la
búsqueda incansable de la justicia y la paz,
y a asegurarnos de que la tierra
vuelva a ser un hogar para todas las criaturas.
Participamos en la obra del
Espíritu: que la creación en toda su plenitud pueda
continuar alabando a Dios. Cuando
la naturaleza sufre, cuando los seres
humanos son aplastados, el
Espíritu de Cristo resucitado no permite que nos
descorazonemos, sino que nos
invita a tomar parte en la obra de la salvación.
La novedad de la vida que trae
Cristo, por oculta que sea, es una luz de esperanza para muchos. Es una fuente
de reconciliación para toda la creación y contiene un gozo que nos trasciende:
«para que mi gozo pueda estar en ti, y
que tu gozo sea completo» (Jn 15,
11).
¿Te gustaría
celebrar la novedad que la vida de Cristo te ofrece a través del Espíritu Santo
y dejar que viva en ti, y entre nosotros, y en la Iglesia, y en el mundo y en
toda la creación?
Segunda promesa
hecha durante la profesión
en la Comunidad
de Grandchamp
Oración
Trinidad Santa, te damos las
gracias por habernos creado y amado.
Te agradecemos tu presencia en
nosotros y en la creación.
Haz que podamos aprender a mirar
el mundo como tú lo miras, con amor.
Con la esperanza de esta visión,
haz que podamos trabajar por un mundo
donde florezca la justicia y la
paz, para la gloria de tu nombre.
Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de
los Cristianos
Comisión
Fe y Constitución del Consejo Ecuménico de Iglesias
0 comentarios