No endurezcan el corazón

 Lectio Divina Marcos 1,40 Cierto día un joven paseaba con su novia por la playa agarrados de la mano, el joven por lucirse, toma una piedra...

 Lectio Divina Marcos 1,40



Cierto día un joven paseaba con su novia por la playa agarrados de la mano, el joven por lucirse, toma una piedra que encontró por el camino  con su pareja  y  le dijo que recibiera esa piedra como signo de amor, porque su corazón es firme y duradero en el tiempo, la novia del joven le contesta: si tu corazón es como esta piedra, no lo quiero, el joven extrañado le hace la pregunta a su compañera, ella responde: no quiero un hombre con un corazón cerrado, que se hunda fácilmente, un hombre de corazón frío, difícil de estar cerca, un hombre con corazón de piedra es indiferente, pues él causa dolor y es fácil de desechar, un corazón así no lo quiero, el joven asustado le pregunta ¿Qué tipo de corazón quieres que tenga? Lo cambiaré de inmediato, su pareja le responde: yo quiero un corazón humano, que cuando se equivoque, busque la reconciliación, que de calor en los días fríos, un corazón que busque al otro en la distancia, un corazón que sepa amar aún en las dificultades, ese tipo de corazón quiero yo.

En la carta a los Hebreos (3,7-14) nos hace una pequeña catequesis sobre la opción que el hombre hace frete a Dios, muchas de las personas que nos encontramos hoy día, han dejado que el mundo seque su corazón; dejándolo vacío y lleno de rencor, envidia, molestia y lo peor vacío de fe. La carta a los Hebreos hace un llamado al hombre a abrirse a Dios y al prójimo, que dejen a un lado los defectos y veamos las virtudes, que las diferencias que cada persona tiene, es una oportunidad de crecer integralmente. La Iglesia católica es rica por las diversidades de dones y carismas que cada cristiano tiene, eso la hace grande, fuerte y dinámica. Solo un corazón lleno de la gracia de Dios puede cambiar la vida de la oscuridad a la luz verdadera y conducirlo a Cristo.

El evangelio de Marcos 1,40 nos relata que un leproso se acerca a Jesús y le pide que lo sane, este hombre leproso acude a la voluntad de Cristo, este hombre tiene fe y astucia, por dos razones:

1.     Apela al corazón de Cristo; confía que el corazón de Jesús esta lleno de amor y cercanía.

2.     Ha oído sobre Jesús, sabe por oídas que a curado a muchos y el no es la excepción.

Con esto él sabe que su petición va a ser escuchada y se abandona a la voluntad del Mesías. La respuesta de Jesús es sí quiero, no es de extrañar esta respuesta en Jesús ante un hombre que tiene fe, en este momento cada uno de nosotros le puede pedir a Jesús que nos sane y su respuesta va a ser sí quiero, para todo, porque su corazón es misericordioso, el corazón de Jesús está lleno de amor y ternura, incluso la lanza del soldado romano quedó llena de misericordia cuando penetro su corazón. No hay arma mas poderosa que el amor y el perdón.


Yalian De Diego

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