SEMANA DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS DÍA 6
enero 21, 2021Permaneced en mi amor y daréis fruto en abundancia (cf. Jn 15, 5-9) Acoger a los demás «Poneos en camino y dad fruto abundante y durader...
Permaneced en mi amor y
daréis fruto en abundancia (cf. Jn 15, 5-9)
Acoger
a los demás
«Poneos
en camino y dad fruto abundante y duradero» (Cf.
Juan 15, 16b)
Génesis 18, 1-5. Abrahán recibe a los ángeles en el Roble de Mamre
Apretaba
el calor y estaba Abrahán sentado a la entrada de su tienda, cuando
se le
apareció el Señor en el encinar de Mambré. Al alzar la vista vio a tres
hombres
de pie frente a él. Apenas los vio, corrió a su encuentro desde la entrada
de la
tienda y, postrándose en tierra, dijo: «Señor mío, será para mí un
honor
que aceptes la hospitalidad que este siervo tuyo te ofrece. Que os traigan
un poco
de agua para lavar vuestros pies, y luego podréis descansar bajo
el
árbol. Ya que me habéis honrado con vuestra visita, permitidme que vaya
a buscar
algo de comer para que repongáis fuerzas antes de seguir vuestro
camino».
Ellos respondieron: «Bien, haz lo que dices».
Marcos 6, 30-44. La compasión de Jesús por las multitudes
Los
apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le comunicaron todo lo que
habían
hecho y enseñado. Jesús les dijo: «Venid aparte conmigo. Vamos a
descansar
un poco en algún lugar solitario». Porque eran tantos los que iban
y venían
que no les quedaba ni tiempo para comer. Así que subieron a una
barca y
se dirigieron, ellos solos, a un lugar apartado. Muchos vieron alejarse
a Jesús
y a los apóstoles y, al advertirlo, vinieron corriendo a pie por la orilla,
procedentes
de todos aquellos pueblos, y se les adelantaron. Al desembarcar
Jesús y
ver a toda aquella gente, se compadeció de ellos porque parecían ovejas
sin
pastor; y se puso a enseñarles muchas cosas. Como se iba haciendo tarde,
los
discípulos se acercaron a Jesús y le dijeron: «Se está haciendo tarde y
este es
un lugar despoblado. Despídelos para que vayan a los caseríos y aldeas
de
alrededor a comprarse algo para comer». Jesús les contestó: «Dadles de comer
vosotros
mismos». Ellos replicaron: «¿Cómo vamos a comprar nosotros
la
cantidad de pan que se necesita para darles de comer?». Jesús les dijo: «Mirad
a ver
cuántos panes tenéis». Después de comprobarlo, le dijeron: «Cinco
panes y
dos peces». Jesús mandó que todos se recostaran por grupos sobre la
hierba
verde. Y formaron grupos de cien y de cincuenta. Luego él tomó los
cinco
panes y los dos peces y, mirando al cielo, pronunció la bendición, partió
los
panes y se los fue dando a sus discípulos para que ellos los distribuyeran
entre la
gente. Lo mismo hizo con los peces. Todos comieron hasta quedar satisfechos;
aun así
se recogieron doce cestos llenos de trozos sobrantes de pan
y de
pescado. Los que comieron de aquellos panes fueron cinco mil hombres.
Meditación
Cuando
nos dejamos transformar por Cristo, su amor crece y da fruto en
nosotros.
Acoger al otro es una forma concreta de compartir el amor que está
dentro
de nosotros.
A lo
largo de su vida, Jesús acogió a todos los que encontró. Los escuchó y se
dejó
tocar por ellos sin tener miedo de su sufrimiento.
En el
relato de la multiplicación de los panes, Jesús se conmueve y siente
compasión
después de ver a la multitud hambrienta. Él sabe que toda la humanidad
necesita
ser alimentada, y que solo él puede satisfacer realmente el
hambre
de pan y la sed de vida.
Pero no
desea hacer esto sin sus discípulos, sin contar con ese poco que ellos
podían
ofrecer: cinco panes y dos peces.
Incluso
hoy nos llama a ser colaboradores suyos en su incondicional preocupación
por los
demás. A veces, algo tan pequeño como una mirada amable,
un oído atento
o nuestra presencia es suficiente para que una persona se sienta
acogida.
Cuando le ofrecemos nuestras pobres habilidades a Jesús, él las usa
de una
manera sorprendente.
Entonces
experimentamos lo que hizo Abrahán, porque es dando que recibimos,
y cuando
acogemos a los demás, somos bendecidos en abundancia.
Es
Cristo mismo a quien recibimos como invitado.
La regla de Taizé en francés e inglés (2012) p. 103
¿Encontrarán
en nosotros las personas que acogemos día a hombres ymujeres
radiantes
con Cristo, nuestra paz?
Las fuentes de Taizé (2000) p. 60
Oración
Jesucristo,
deseamos
acoger a los hermanos y hermanas
que
están con nosotros.
Sabes
que frecuentemente nos sentimos
impotentes
ante su sufrimiento,
sin
embargo, tú siempre te adelantas
y los
acoges con compasión.
Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos. Comisión Fe y Constitución del Consejo Ecuménico de Iglesias